sábado, 18 de diciembre de 2010

Opera: give it a try!

En un mundo en el que Internet se ha impuesto, la guerra de los navegadores Web por la hegemonía del mercado ha adquirido un enorme interés. Internet Explorer y Firefox siguen siendo los dos grandes destacados, pero a la cola vienen otros tres siguiendo su estela (en cuanto a cifras de uso, que no en cuanto a innovación y propuestas).

Esto de los navegadores es, como decía aquél, una cuestión de feeling. Resulta difícil ofrecer datos objetivos que indiquen que un navegador es mejor que otro, porque acaban ofreciendo básicamente lo mismo. Cada vez que uno saca una funcionalidad interesante, los otros la copian e incluso mejoran. Donde quizá sí pueda haber más diferencias es en la ligereza de cada uno, y es precisamente por eso que digo que, para mí, todo se reduce a una cuestión de feeling: al final me quedo con el que me da una mejor y más regular respuesta a mis necesidades.

De ahí que sea usuario, por este orden, de Google Chrome, Internet Explorer y Firefox. Desde que apareció el navegador de Google, se ha convertido en mi preferido; principalmente porque se abre más rápido, no me da problemas al visualizar ninguna de las páginas en las que me suelo mover, y tiene todas las funciones que utilizo. Explorer lo uso en segundo lugar, porque siguen quedando sitios, y sobre todo aplicaciones, que lo tienen como requisito. Y a Firefox recurro muy de vez en cuando, si me levanto con ganas de cambiar un poco.

Pero, ¿y qué hay del resto? Pues por ahí quedan Safari y Opera. El primero parece tener la estigma de ser un navegador para MAC, aunque tenga versión para PC. Y con el segundo llegamos a Opera.

Cosas de la vida, ayer se apoderó de mí la curiosidad, y me dio por descargármelo. Tenemos reciente la versión 11, y era una buena excusa para darle un oportunidad. La primera impresión ha sido buena: tiene un diseño atractivo y personalizable, ofrece marcadores, búsqueda en la barra de direcciones, pestañas... vamos, como todos. Pero también tiene algunos detalles que no he encontrado en Chrome.

Por un lado, permite la agrupación de pestañas. Es algo que personalmente no veo muy útil, pero ahí está por si acaso. Por otro, tiene una papelera de reciclaje en la que guarda las páginas que se van cerrando durante la sesión. Esto sí que me parece interesante, por si algo se cierra por accidente, o para volver atrás cuando se está buscando información (me parece mucho más cómodo que el historial). Y por último, tiene una página de acceso rápido de verdad. Para mí esta fue una de las aportaciones más interesantes de Chrome (fue el primer navegador donde lo vi, no sé si fue el primero que lo propuso), pero estaba muy limitada. Sólo mostraba las 8 página más visitadas. Sin embargo Opera permite definir cuántas y qué página quieres mostrar, y hasta poner una imagen de fondo para presentarla.


Así que en las próximas semanas le voy a dar cancha a Opera, y a ver qué sensaciones me llevo. No sé si desbancará a Chrome en mi ranking particular, pero tras la primer impresión todo apunta a que tiene garantizada la tercera posición.

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